El promedio de cortes durante 2018 estuvo algo por debajo de la media de los últimos diez años. La cantidad de horas de interrupción por cliente se mantuvo en los niveles medios de la década.
Utilizando indicadores consolidados y confiables, auditados por LATU y por la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (URSEA), UTE presenta los datos referidos a las interrupciones de servicio ocurridas durante el año 2018.
Para medir el comportamiento de la red eléctrica tenemos fundamentalmente dos variables: Tiempo de Corte (TC) y Frecuencia de Corte (FC). El TC mide el acumulado de horas de interrupción que sufre un cliente en un período determinado. La FC mide la cantidad de interrupciones que sufre un cliente en ese período.
Hay distintas maneras de hacer la medición, según lo que se quiera evaluar: tomar en cuenta todas las interrupciones en el sistema, sin importar su causa; tomar en cuenta solo aquellas que se producen en instalaciones de Distribución (la red de media y baja tensión, excluyendo la alta tensión); tener en cuenta la red de Distribución pero excluyendo las que se producen por razones de fuerza mayor (FM) acreditadas por URSEA (organismo regulador), como ser temporales, inundaciones, acciones humanas ajenas a UTE, etc.
Desde el punto de vista de la percepción del usuario, la forma más clara de medir los cortes es tomando todos los que se producen, porque el cliente se ve afectado sin importar cuál sea la causa. Pero para determinar responsabilidades y eventualmente acciones correctivas o reparativas, es importante discernir cuáles incidencias se originaron en causas de fuerza mayor.
Las gráficas que se exponen abajo muestran la evolución de Tiempo y Frecuencia de Corte desde 2006 hasta diciembre de 2018. Se toman en cuenta en ellas todas las incidencias, independientemente de sus causas. Es decir que se incluyen las situaciones que URSEA considera fuerza mayor y por lo tanto no son originadas en fallas propias de la red.
CALIDAD DEL SERVICIO ELÉCTRICO 2006 – 2018
ALGUNAS CONCLUSIONES
Para comprender mejor estos valores, son necesarias algunas precisiones sobre cómo se presentó el año 2018.
La siguiente gráfica muestra cómo evolucionó el TC en Montevideo a lo largo del año. En ella se aprecia claramente el incremento en el mes de julio por los sucesos de Montevideo G.
Corresponde decir finalmente que las gráficas muestran promedios anuales a nivel de todo el país. En el interior rural, por ejemplo, el TC promedio acumulado en el año es cinco veces mayor que en las ciudades. También hay diferencias en la Frecuencia de Corte. En el interior rural la FC es tres veces mayor que en el medio urbano.
Esto se explica porque en el medio rural hay factores que inciden para que haya más fallas y también los tiempos de reposición son más largos, por distancias, dificultades de acceso, cantidad de suministros, etc. Pero en las ciudades vive el 86% de los clientes, por eso los promedios están mucho más cerca de los valores más bajos.