12/02/2018 ¿Cómo tener un hogar confortable en invierno y verano?

Un buen aislamiento térmico es un factor importante para el confort, la salud y un consumo eficiente de energía en nuestro hogar.

Crecimiento abc

En la mayoría de las casas de nuestro país, cuando se construyeron no se contemplaron por desconocimiento del tema o por posibilidades económicas, aspectos muy importantes como el aislamiento térmico, las características de la zona de construcción y la orientación del inmueble.  

Esto implica que un gran número de estas construcciones sean muy frías y húmedas en invierno así como muy calurosas en verano.

El clima en nuestro país tiene un índice de humedad muy alto; los antecedentes de los últimos años nos llevan a concluir que cada año que pasa será igual o peor al anterior en este aspecto durante el período otoño – invierno.

Esto trae importantes consecuencias negativas en el aspecto edilicio, como la aparición de hongos y humedades en paredes y techos de las casas, así como pisos mojados, que implican un microclima desagradable, finalizando en síntomas de alergias o enfermedades respiratorias en las personas que allí viven.

Luego de este período de humedad, otro fenómeno climático que viene aconteciendo en los cuatro o cinco meses siguientes es un cambio abrupto, pasando un clima en general más seco con un aumento constante de la temperatura, llegando a superar temperaturas de 40º C durante muchos días consecutivos, principalmente en la zona norte de nuestro país. Esto implica que las estructuras de la casas empiezan a subir de temperatura y el calor permanece dentro de ella durante días, haciendo en muchos casos insostenible poder estar dentro o dormir en caso de no disponer de un aire acondicionado. 

Con el uso de diversas tecnologías como estufas, aires acondicionados, ventiladores y acumuladores de calor, en ambos períodos se intenta mitigar dicha situación con resultados disímiles y un aumento en el consumo de energía.  

Por eso, es importante complementar estas medidas con un mejoramiento en el aislamiento térmico del hogar, de manera de minimizar el impacto del clima en nuestra casa, nuestro consumo de energía y principalmente nuestra salud.

 

Consejos prácticos para hogares

1. Aislar las superficies (paredes, techo y piso).

Las paredes frías hacen que se condense agua sobre su superficie o peor aún, en su interior. Esta humedad es la causa de la formación de colonias de hongos, antiestéticas y nocivas para la salud. Para evitarlo es importante colocar aislación térmica empleando materiales como poliestireno expandido, poliuretano, lana de vidrio, etc.

La aislación puede colocarse al exterior o al interior de las viviendas según convenga.

2. Aislar las aberturas.

Las aberturas como puertas y ventanas suelen ser los sitios donde hay mayores pérdidas de calor hacia el exterior en invierno, e ingreso de calor durante el verano. Para evitar la entrada y la salida de calor, es ideal el uso de vidrios térmicos o de ventanas con doble marco. También puede aplicarse una lámina de protección sobre el vidrio para limitar el ingreso de calor en la temporada estival. Como complemento, tanto en puertas como en ventanas es aconsejable la colocación de burletes.

3. Ventilar la vivienda en el momento y tiempo justos.

Generalmente, el aire interior de las viviendas está más húmedo que el exterior debido a la respiración de sus habitantes y al producto de sus actividades. Las cocinas y estufas a gas también emiten una cantidad de humedad considerable al ambiente. La condensación de este aire interior húmedo sobre paredes y ventanas es desagradable y fomenta el crecimiento de hongos. Para disminuir la humedad ambiente, es necesario renovar el aire con una ventilación periódica. Se aconseja hacerlo al mediodía en invierno y por la mañana en verano. En ocasiones esto no es suficiente, por lo que es necesario el uso de deshumidificadores y ventiladores.

 

Consejos para futuras construcciones o reciclajes

1. Destinar al menos un 1% de la obra al acondicionamiento térmico adecuado.

Ganarás en confort y ahorrarás dinero en climatización a corto y mediano plazo.

2. Evaluar el microclima del lugar y la orientación del hogar.

En las orientaciones al norte y noreste el problema suele ser el exceso de calor, lo que se combate con materiales que posean una buena inercia térmica*. Este tipo de materiales se cargan de calor con lentitud, protegiendo durante las horas del día y liberando el calor al exterior por la noche. Por otra parte, en orientaciones al sur o sureste será de carácter fundamental un elevado aislamiento térmico.

3. Aislar térmicamente los cerramientos verticales, el suelo y la cubierta (techo), de esta forma se logra una envolvente hermética y por ende se evitan fugas de calor.

Esto es mucho más sencillo de hacer en viviendas que se están construyendo o reciclando, pues en este caso, además de la opción exterior o interior también existe la posibilidad de colocar la aislación en el interior de los muros si éstos se hacen dobles.

4. Colocar barreras de vapor en las superficies exteriores, lo más alejado posible de la “cara caliente” del muro o cielorraso. 

El vapor de agua es capaz de destruir el material aislante, que termina perdiendo sus propiedades. Por ello, junto con el aislante debe colocarse una barrera de vapor. Esta barrera de vapor suele ser una lámina de polietileno que siempre debe colocarse hacia el lado más caliente, que por lo general es el interior de la vivienda.

Un buen aislamiento térmico nos proporciona la posibilidad de tener un hogar seco y sin humedades en invierno, una casa agradable en verano y un costo energético más bajo debido a un consumo de energía eficiente  y por sobre todo, una mejora en lo más importante, nuestra salud.

 

 

Inercia térmica: es la capacidad que tiene la masa de conservar la energía térmica recibida e ir liberándola progresivamente. Debido a esta capacidad, teniendo en cuenta la inercia térmica de los cerramientos de un edificio, puede disminuirse la necesidad de climatización, con la consecuente reducción de consumo energético y de emisiones contaminantes.