15/02/2022 Puesta en valor patrimonial

El Ministro de Educación y Cultura Pablo Da Silveira visitó las instalaciones de la Ex Central Calcagno acompañado por la Presidenta de UTE Silvia Emaldi, el Director Felipe Algorta y el Gerente de Comunicación Corporativa Ariel Ferragut.

El encuentro permitió integrar a dicho Ministerio en la búsqueda de la puesta en valor patrimonial de la vieja usina eléctrica de la zona de Arroyo Seco y sentó las bases para que se realice un análisis de viabilidad, contando para ello con el apoyo de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación.

El Ministro Da Silveira manifestó su entusiasmo por la posibilidad real de que se recupere este significativo e histórico lugar, mediante acciones que permitan revitalizar y mantener la esencia de lo que fue otrora esta gran central de generación eléctrica de UTE.

La ocasión también fue oportuna para recorrer la Fundación La Muralla y apreciar el avance de las obras de reutilización que se vienen realizando allí con fines educativos y didácticos. Dichas tareas, que se encuentran enmarcadas dentro de los programas de Responsabilidad Social que UTE lleva adelante, permiten la atención diaria de cientos de niños del INAU, quienes realizan entre otras actividades, el fortalecimiento de los valores mediante técnicas de escalamiento y destrezas en altura, aprovechando el amplio volumen y las dimensiones del lugar.

De esta manera, uniendo el patrimonio del pasado con el entusiasmo del presente, seguimos trabajando cada día para transformar con energía nuestro país.

HACIENDO UN POCO DE HISTORIA

Allí en el Montevideo colonial, cuando las primeras lámparas incandescentes empezaron a sustituir tímidamente a las antiguas velas, los faroles y las lámparas de aceite, la energía eléctrica provenía de la Usina Yerbal, que funcionaba con el carbón que transportaban los barcos que llegaban a la bahía.

A partir de 1889 se potenciaron las instalaciones técnicas al quedar oficialmente inaugurada la Usina de Arroyo Seco, que algunas décadas más adelante se convertiría en la icónica Central Calcagno, cambiando entre otras cosas su combustible original.

Así, esta primera gran central de generación eléctrica del Uruguay, caracterizada por su tamaño y sus altas chimeneas, brindó energía a lo largo de muchos años, protagonizando y acompañando importantes cambios en el país, prestando sus servicios hasta mediados de la década del 60.